domingo, 26 de diciembre de 2010

Joyeux Noël



Es curioso que sea por estas fechas cuando realmente nos damos cuenta de la suerte, ya sea buena o mala, que tenemos de pertenecer a nuestra familia. Es como si el resto del año tuviésemos una venda que no nos dejara ver. En mi caso, y afortunadamente, esa suerte me sonrío al nacer. En estos días de reunión, de comidas, de conversaciones de largas horas, de juegos, de momentos compartidos con aquellos con los que en otros momentos no pasamos tanto tiempo como ahora...Es en esta época cuando caes en la cuenta de que muchas veces somos tan tontos que no nos percatamos de lo que valen las personas y no les damos la importancia que se merecen; les quitamos minutos a ellos para gastarlo en otros asuntos mucho menos trascendentales.
Y así, Navidad tras Navidad. Parece que, una vez llega el 10 de enero, nuestros ojos vuelven a ser vendados y nuestra familia pasa a un segundo plano.
Por ello, uno de mis propósitos para este 2011 es dedicarle más tiempo a todas esas personas que están ahí a diario, disfrutar y compartir con ellas cuanto sea posible, aprovechar el tiempo que hoy tengo pero del que quizá mañana carezca.
Si algún día la distancia me impide compartir estas fechas con mis familiares, anhelaré los años en los que sí pude compartirlas, y, por eso, he de tejer un bonito recuerdo que me reconforte en el futuro. Son momentos para sacar tiempo para todos ellos y disfrutar juntos, pero también para reflexionar y asegurarse de que no se quede en un hábito exclusivamente navideño, sino que se prolongue durante todo el año.
Valoremos lo que tenemos, porque, sin duda, siempre habrá alguien en peores circunstancias que nosotros. Seamos justos y no nos quejemos de algo por lo que deberíamos estar agradecidos. Dediquemos el tiempo que sea necesario para solventar las inevitables rendecillas familiares y guardemos este ambiente navideño en el bolsillo delantero del pantalón.

Feliz Navidad a todos :)

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