jueves, 23 de diciembre de 2010

Ces petites choses...



Hay que ver qué caprichoso es el destino. Con solo mover un hilo, nuestro día puede cambiar completamente; un solo hilo puede hacernos vivir cosas geniales o, por el contrario, hacer que deseemos no habernos levantado hoy de la cama. Y ese efecto en un día, figuraos en toda una vida... la de caminos que se nos pueden presentar, la de desvíos en los que podemos caer o a donde, afortunadamente, podemos llegar a parar. De cualquier forma, sea dicho camino una autopista o una carretera rural, no habríamos de quedarnos solo con lo grande, lo llamativo, mejor agachábamos la vista y nos fijábamos en las pequeñas líneas discontinuas de la carretera, en esos detalles que hacen que todo momento tenga unas características diferentes y se dé en unas circunstancias tales que lo hacen único e irrepetible. Y así es, probablemente un momento que consideramos banal por carecer de atractivo nunca volvamos a vivirlo, y tal vez algún día nos arrepintamos de no haberle sacado todo el jugo a la naranja, y nos hayamos quedado solo con lo que en aquel preciso momento considerábamos interesante. Tratemos, pues, de disfrutar cada sencillo instante, rodeados de quienes nosotros queramos, o de nadie, porque cada momento puede ser un hecho irrepetible y, de ser así, mejor un bonito recuerdo que un amargo "souvenir".
Carpe diem, amigos :)

3 comentarios:

  1. Me has convencido.
    Queda muy bonito y parece sencillo escrito por ti y con tu letra cursiva.
    Aun así, sé que mañana me despertaré, saldré a la calle y seguiré buscando esos malditos instantes atractivos. Continuaré pasando por alto los pequeños detalles que tan feliz deberían hacerme. Esto es lo que, desgraciadamente, haré yo, pero espero que tú sí logres disfrutar de esos momentos y hechos irrepetibles :)

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